El Gobierno vasco aplaudió ayer el pacto alcanzado por el Ministerio de Sanidad y la mayoría de comunidades autónomas para homogeneizar las restricciones que se aplicarán en la Navidad. Toque de queda, diez comensales como máximo, libre movilidad para reunirse con familiares y allegados… Sin embargo, la consejera de Salud ha dejado la mañana de este jueves bastantes dudas sobre la posibilidad de que Euskadi asuma todas las decisiones adoptadas por la disaster del coronavirus. Gotzone Sagardui ha calificado como «acuerdo de bases» el pacto cerrado anoche y ha asegurado que las limitaciones concretas las decidirá el Labi, el órgano interinstitucional de lucha contra la pandemia, la semana que viene.
Sagardui, que participa en el pleno que celebra el Parlamento vasco durante la jornada de hoy, no ha querido dar por hecho a su llegada a la Cámara que las restricciones anunciadas ayer vayan a ser exactamente las que se apliquen en Euskadi, pese a que la Interterritorial de Salud asumió ayer casi en su totalidad las reclamaciones planteadas por el Gobierno vasco. «Vamos a ver qué medidas se adoptan», ha dicho la consejera tras asegurar que el pacto alcanzado con Moncloa y el resto de comunidades no es de obligado cumplimiento. «No hay normativa dada, debe acomodarse a la situación de cada territorio», ha dicho.
La consejera ha eludido responder a preguntas sobre si Euskadi tiene previsto endurecer las medidas decididas o, en caso de permitirlo, cómo podría controlar la movilidad. Ha trasladado la decisión al Labi que se celebrará la semana que viene, pero en todo caso ha insistido en que la situación epidemiológica «no es buena». «Estamos mejor, pero no estamos bien», ha insistido antes de apelar a la «responsabilidad specific» de la ciudadanía para obtener los mejores resultados. «La Navidad no es un periodo de inmunidad», ha recalcado.
Sagardui ya aseguró anoche que «todas las comunidades comparten la necesidad de mantener medidas de contención de la actividad y movilidad en Navidad», y que sus posturas de salida «no eran iguales, pero sí similares». Y valoró el hecho de que el acuerdo alcanzado permita a los gobiernos autonómicos «adoptar las medidas que consideren más ajustadas a su realidad».
La reunión del ministro de Sanidad con sus homólogos autonómicos no generó un resultado unánime. Cataluña se abstuvo y Madrid votó en contra, aunque el consejero Miguel Escudero ha asegurado hoy en Onda Cero que acatarán lo acordado. Para el Govern, ahora liderado por Pere Aragonès, la elaboración de los planes navideños compete a cada comunidad autónoma, por lo que «no nos sentimos interpelados por este acuerdo», señalaron fuentes del Departamento de Salud. En cualquier caso, el protocolo decidido por Cataluña es muy parecido al del Consejo Interterritorial de Salud.
Tampoco el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso se siente «vinculado» con el acuerdo, en su caso porque «no se ha adoptado por consenso», subrayaron desde la consejería. Discrepan sobre todo con el mantenimiento del confinamiento entre comunidades. No lo ven necesario dada la evolución de la pandemia en la región y esgrimen que será «imposible de controlar por las Fuerzas de Seguridad del Estado» si uno viaja para reunirse con la familia o por turismo.