No podemos permitir que Colombia pase de ser un Estado Social y Democrático de Derecho a un sistema desordenado e incoherente que cube fundarse en la opinión predominante, sin que nadie sepa lo que ella es, cómo se mide o cuantifica, ni cómo se evalúa. Y estamos viendo que, cada vez con mayor frecuencia, importantes decisiones se adoptan con base en los supuestos “fallos” o “tendencias” de la opinión, las encuestas, los sondeos, los trinos, no importa si ello implica desconocer, desacatar o pretender…