RÍO GRANDE – Hace un año parecía una locura celebrar un torneo en un lodge, con jugadores acuartelados por más de dos meses y sin la presencia de ese sexto hombre en cancha: el fanático.
Pero ahora que el torneo de la burbuja del Baloncesto Superior Nacional (BSN) se encuentra en la recta closing, ha sido esa misma ausencia de la fanaticada lo que ha acentuado lo diferente de un evento deportivo en medio de la pandemia.
Ese vacío que se siente en las gradas ha sido más tangible para Bayamón y Quebradillas, dos de las franquicias que cuentan con la mayor cantidad de fanáticos cuando juegan en su cancha native durante la postemporada.
Ambos quintetos disputan ahora la serie closing del BSN, escenario en el que ellos mismos son sus fanáticos y para el que han tenido que priorizar la fortaleza psychological para disputar partidos consecutivos en medio de un cargado calendario.
De eso pueden dar fe los dirigentes Eddie Casiano y Nelson Colón.
“Sin ellos (los fanáticos) todo cambia. Nos hemos visto en la obligación de ser más fuertes, prepararnos mentalmente y animarnos nosotros mismos. Es saber que lógicamente no tenemos ese apoyo de los fanáticos y que solo contamos con nosotros”, reconoció Casiano a EL VOCERO.
Quebradillas es de esos equipos incómodos de vencer en su casa y se debe, en gran medida, al sólido apoyo que reciben en el coliseo Raymond Dalmau.
Para los Piratas esa ausencia es notable en la burbuja del lodge Wyndham Grand Rio Mar, en Río Grande, si pensamos que cerca de siete mil fanáticos asistieron al juego decisivo por el campeonato que ganó Quebradillas en 2017.
“La fanaticada de nosotros en Quebradillas es parecida a la de Ponce, que son gente que se meten en la serie, llenan la cancha y son bien apasionados en la postemporada. Eso nos hace falta, ese sexto hombre es bien importante para nosotros”, continuó Casiano.
El caso de Bayamón no es distinto.
“Es un reto jugar sin fanáticos y no jugar en el rancho vaquero. Se extraña también jugar con el ambiente de una fanaticada visitante. Ahora estamos jugando para nosotros mismos”, dijo, por su parte, Colón.
Los Vaqueros son de esos equipos en la burbuja que nunca se cansan de gritar en cancha para jugar el papel de sexto hombre y darle energía a los cinco canasteros en uniforme. “Tengo que agradecerle al banco de Bayamón que está bien activo”, continuó Colón.
El BSN venía de una temporada 2019 fructífera en términos de concurrencia con 549,863 fanáticos, lo que representó un aumento de 14 por ciento en comparación con la temporada anterior.
La pandemia, sin embargo, acabó con las aglomeraciones y de paso dejó un vacío en los equipos que muy difícilmente se ha podido cubrir.