Manuel Sánchez Gómez
Londres, 17 dic (EFE).- Hace escasos meses, al fallecer Nobby Stiles, se hizo viral una foto suya bailando por Wembley tras ganar la Copa del Mundo. En la instantánea, Stiles lucía una boca sin la mayoría de dientes frontales, poniendo de manifiesto un problema de salud dental que continúa hasta hoy.
Cuando se revisa el estudio sobre los problemas bucales en más de 350 deportistas, en el que ha participado Ian Needleman, periodoncista e investigador del College School de Londres, salta a la vista que cerca de un 50 % de los atletas tenga caries, que un 41 % padezca enfermedades gingivales y que un 20 % haya reportado problemas con las muelas del juicio.
La boca, que a más de uno le ha dado más disgustos en rueda de prensa que sobre el campo, amenaza con convertirse en un problema oculto en la salud de los deportistas y que afecte a su rendimiento profesional, como apunta Needleman en una conversación telefónica con Efe.
“La salud bucal tiene un impacto en la salud en basic y en la calidad de vida. De eso no queda ninguna duda. Entre un 20 y un 30 % de los atletas reportaron problemas al entrenar o al jugar debido a las enfermedades bucales. Afecta a cómo comen, cómo duermen, cómo sonríen y en último término a cómo entrenan o cómo duermen”, explica Needleman, quien no se inquieta al preguntarle por qué ocurre esto con los grandes recursos económicos que muchos de ellos poseen.
“Es sorprendente, en specific porque tienen unos recursos médicos muy buenos. Lo que ocurre es que en la industria del deporte y en la sociedad en basic, la salud dental se ha separado del cuidado médico. Como si se hubieran olvidado que nuestra boca forma parte de nuestro cuerpo”, señaló.
Para el experto, es esperable que los atletas tengan acceso a buenos dentistas, “pero no es verdad, incluso en países desarrollados. Tienen que buscarse su propio seguro dental y pagar por ello”.
En los futbolistas de alto nivel esto no debería ser problema -aunque en el estudio han participado jugadores del Manchester United y el West Ham entre otros equipos profesionales-, puesto que reciben altos salarios, pero en los atletas olímpicos, sus recursos son inferiores, por lo que se produce una barrera para que accedan a ello.
Según apunta Needleman, las Federaciones y los equipos no tienen capacidad para contratar a dentistas específicos que cuiden la salud bucal de sus jugadores, por implicar un coste muy elevado.
“Eso sería lo ideally suited, claro, pero es unbelievable”, añade, a la vez que recuerda que en el estudio han participado atletas olímpicos en Londres y Río de Janeiro, ciclistas del antiguo conjunto Sky y equipos de rugby, entre otros.
Por lo que el profesor pone el foco en la necesidad de que los equipos de fútbol y las federaciones en basic tomen cartas en el asunto y se lo tomen en serio.
Primero, que si no pueden contratar un dentista private, que al menos los traigan para educar a jugadores y entrenadores en el cuidado de la salud bucodental y segundo, que, aprovechando la gran masa de personas que les sigue, actúen como altavoz para que el público basic sea consciente de este problema.
Los clubes no creen que tengan que invertir en ello y los atletas no reciben apoyo por parte de las federaciones.
“Ya que no va a ser algo que sea free of charge en todos los países, al menos que haya suficiente información sobre el tema y los jugadores y los entrenadores entiendan el riesgo que puede suponer a muchos niveles”, agregó. EFE