Ciudad de México /
Blancanieves y los siete enanos (1937), Pinocho (1940),La Sirenita (1989) y La Bella y la Bestia (1991) son películas clásicas que han captado el interés de las nuevas generaciones debido a la llegada de Disney Plus a México.
Aunque hay una cinta de Walt Disney Studios (ahora Walt Disney Animation Studios) estrenada en 1946 que actualmente resulta bochornosa para la propia compañía, al grado que no está en el catálogo de la plataforma de streaming: se trata de Canción del sur, basada en el libro Los cuentos del tío Remus, del escritor Joel Chandler Harris.
“El arte de la animación se combina brillantemente con personajes reales para crear Canción del sur. Este maravilloso y colorido espectáculo está lleno de personajes fascinantes, incluyendo el elegante e ingenioso Conejo y su desgarbado compañero el Oso”, cube la sinopsis de la cinta.
Canción del sur cuenta la historia de Juanín (Bobby Driscoll), un niño de 7 años que, luego del divorcio de sus padres, llega a vivir a la plantación de su abuela en Georgia. Su situación acquainted pone al infante en conflicto, pero gracias a la amistad e historias del Tío Remus (James Baskett), uno de los trabajadores de la plantación, el pequeño logra mejorar su actitud.
Destaca que, tras su estreno, la película fue nominada a los Premios Oscar por Mejores efectos especiales y Mejor canción, obteniendo este último. Además, el actor detrás de Remus ganó un Oscar Honorífico, lo que lo convirtió en el primer afroamericano en recibir este galardón.
Pero la película de inmediato causó polémica, primero porque hay un contexto de esclavitud en la historia. Luego, por la manera en que se retrató a los trabajadores de la plantación, haciéndolos ver felices con su situación, resultó ofensivo para muchas personas. Además, mucha gente encontró a Remus como un Tío Tom, término peyorativo para referirse a los afroamericanos serviciales o simplemente poco reivindicativos.
“Es racista por la pobre representación de sus personajes negros, sus estereotipos degradantes y la glorificación que hace de la esclavitud, al presentarlos dóciles, serviles, entonando melodías cuando van y vienen del trabajo, únicamente presentes para servir a los caprichos de los blancos”, señala Alberto Corona en su libro La Otra Disney: Volumen 1 (1946-1967).
Tras estos señalamientos, Disney retiró la película de su catálogo y no la sacó a la venta en Estados Unidos, por lo que actualmente se considera la producción más polémica de la compañía.
yhc
